martes, noviembre 23, 2004

LAUGH WITH ME v.3

Vía lapetiteclaudine me ha llegado este pequeña reflexión de Química teológica, más terrenal que celeste sea dicho de paso, pero ingeniosa y divertida sin igual:
Teorías sobre el infierno y otras cuestiones fundamentales

Lo que van a leer a continuación es el resultado de la pregunta de un exámen que la Universidad de Washington presentó a sus alumnos de química. La respuesta de uno de esos alumnos admiró a su profesor hasta el punto de querer compartirla con sus colegas en la Red. De este modo ha llegado a nosotros esta pieza de filosofía creativa que ofrecemos a continuación.

La pregunta fue: El Infierno es exotérmico (produce calor) o endotérmico (absorbe calor)?
La mayoría de los estudiantes fundamentaron su respuesta en la Ley de Boyle o en variantes de la misma. La Ley de Boyle es una de las leyes de los gases ideales que relaciona el volumen y la presión de una cierta cantidad de gas mantenida a temperatura constante y establece que el volumen es inversamente proporcional a la presión. Otro estudiante, sin embargo, ofreció la siguiente conclusión:
Para empezar -afirmó- necesitamos saber cómo la masa del Infierno cambia a lo largo del tiempo. Para eso necesitamos conocer la cantidad media de almas que entran en el Infierno y la media de las que salen. Creo que podemos afirmar con seguridad que, una vez un alma entra en el infierno no sale jamás. Por lo tanto, las almas entran pero no salen.
Para definir el número de almas que entran, echemos un vistazo a las distintas religiones que existen en el mundo hoy día. La mayoría afirman que todos aquellos que no forman parte de su religión van al infierno. Ya que hay más de una religión y las personas no forman parte de más de una de ellas, podemos concluir que todas las almas van al infierno.
Dada la tasa de nacimientos y muertes que manejamos hoy dia, podemos esperar que el número de almas crezca de manera exponencial. Si consideramos la media de cambio del volúmen del Infierno según la Ley de Boyle, podemos afirmar que, para mantener una temperatura y una presión estable, el volúmen del Infierno deberá expandirse de manera proporcional al número de almas que entran. Esto nos deja dos posiblidades:
1. Si la velocidad media de expansión del Infierno es menor a la velocidad media a la que las almas entran, entonces la temperatura y la presión crecerá hasta que el Infierno se haga pedazos.
2. Si la velocidad media de expansión del Infireno es mayor que el número de almas que entran en él, la temperatura y la presión descenderá hasta que el Infierno se congele.
Así que, ¿cuál es la correcta?
Si aceptamos el postulado dado por Teresa durante mi año de novato según el cual se acostaría conmigo cuando el Infierno se congelara, y tenemos en cuenta el hecho de que me la tiré anoche, entonces debemos considerar que la proposición nº2 es la correcta y, por tanto, concluir que el Infierno es exotérmico y ya se ha congelado. Y lo que se infiere de esta conclusión es que:
-si el infierno se ha congelado, eso significa que no se aceptan más almas y que podemos considerarlo extinto.
-Esto deja el cielo como única alternativa y demuestra la existencia de un ser divino y explica por qué Teresa se pasó la noche gritando: ¡Oh Dios mío! ¡Oh Dios mío!
Jaja, alumno brillante no sé si en Química o en " caradura ", además de eróticamente beneficiado por el Supremo. Será que le hizo gracia la ocurrencia...( quien crea que he cometido anacronismo, debe recordar la omnisciencia temporal del Providente ;D )



No hay comentarios: