viernes, agosto 27, 2004

NUCLEAR REVERIE
Cuando uno se imagina algo bonito, suele recurrir a lo natural ( lo poético clásico se funda en ello ); la belleza natural canónica de las flores, los paisajes y lo silvestre. Habeis conducido nunca por una carretera en plena noche, perdido en un lugar que no conoces, a tientas buscando el camino de vuelta a lo familiar. La carretera en cuestión existe, acompañado a lo largo de las escarpadas peñas que dan al mar. Acelerando y frenando bruscamente por un sinfín de curvas que te muestran el mar golpeando las rocas. En ese momento de tensión cuando ligeramente levantas la mirada, de las líneas del piso, puedes ver un espectaculo apabullante. La obra del hombre da igual pavor que cualquier contorno dibujado por los siglos, te hallas ya muy lejos de lo que tus ojos han conocido, has sido transportado a una nuclear reverie y es tan hermosa

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