viernes, agosto 27, 2004

BELLs
Siguiendo esta fiebre posteadora que me ha dado hoy, voy a contaros brevemente una pequeña historia de mi vida que sucedió hará unos seis años ( si mal no recuerdo ). La historia no tiene más sentido que recuperar nostálgicamente lo que fué un período de interrupción en mi vida ( los viajes y colonias suelen serlo ) en que fuí feliz. Esa semana o diez días que duró mi estancia en " Vallfogona de Riucorb " un pueblo antiguo de aspecto casi medieval en la que fuí a hacer un cursillo de enología ( bueno eso era la excusa como ya comprenderán ). En esa estancia hice muy buenos amigos, la mayoría de los cuales ya les he perdido la pista ( por culpa de todos, estas cosas pasan ). Muchas veces se me humedecen los ojos al recordar esos momentos, a Inés, a Gina, a Morenza, a Abella, a Magda y a otros que ya conocía ( puesto que nos apuntamos juntos en el instituto ). No voy a contar todo lo que sucedió tan sólo una pequeña anecdota-homenaje a aquel tiempo pasado ( y ahora recuperado ( ya me gustaría semejarme en algo a Proust )). Sucedió que los antedichos nos asignaron una habitación en una casa de colonias justo al lado de una iglesia. Dicha iglesia tenia la mala costumbre de señalar todos los cambios horarios ( me atrevería a decir que incluso inferiores a los quince minutos, pero eso ya puede ser una exaltación de la memoria ) habidos y por haber. De hecho, el maldito campanario estaba situado justo al lado donde teníamos una puerta de salida a un pequeño patio exterior. El primer día aguantamos estóicamente ( día y noche ) el interminable repicar ( además era largo ) de las horas. Pasamos una noche literalmente en vela, ya por la emoción de estos casos ya por la inacostumbrada melodía que nos martillaba el cerebro. El día siguiente, el intrepido Mike harto de semejante serenata urdió un plan para acabar con ese sonido infernal, cuando anocheció, ya pasadas las doce de la madrugada, un valiente grupo de temerarios nos internamos bajo la casa donde había un contador con interruptores, uno de los cuales ya nos habiamos fijado que ponía " esglesia ". Mike con un par de tenedores y su maña innata se dispuso a abrir la tapa ( cerrada con cerrojo de esos poco seguros, como se verá ), lo consiguió y desconectó esas campanas del " infierno "; gracias a ello, al cansancio acumulado de poco dormir y mucho alborotar, pudimos dormir una noche del tirón.... Cual fué nuestra sorpresa que al despertar, los únicos que habíamos podido dormir fuimos nosotros; al contrario que todo un pueblo que, habiendo asimilado el repicar, no pudo pegar ojo a lo largo de esa plácida y silenciosa noche...






- Qué me suena: Cocteau Twins - Bells Bells Bells

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