PALABRAS JUSTAS
Es importante escuchar las voces que con sano juicio argumentan la actualidad; para muestra un botón: Ricardo Villegas reflexionando sobre la " ley antitabaco ", palabras justas, aún siendo un servidor no fumador:
" Comprendo que no se pueda fumar en el trabajo, un lugar donde todo el mundo pasa a fuerzas ocho horas al día, pero que me prohíban fumar en un local donde voy por voluntad propia y estoy haciendo algo tan sano como beber media botella de whisky, me parece un acto de persecución injustificado, sobre todo cuando lo que hago es consumir tabaco, una droga que sigue siendo legal y continúa produciendo grandes y jugosos dividendos a los estados en forma de una subida del impuesto anual sobre productos del tabaco.
Mientras no llega la moda puritana de prohibir fumar en todos los bares para que éstos se llenen de niños, testigos de Jehová y de monjas, podremos seguir algunos disfrutando de la ensoñación del alcohol y del humo del cigarro, dos buenos amigos que llegan siempre para combatir la soledad de estos tiempos donde se nos olvida que el hombre se compone de vicios y de virtudes, y que ambos deben ser cultivados por voluntad propia, pero también respetados dentro de una sociedad menos hipócrita, empezando por la que ha iniciado toda esta persecución: una sociedad puritana y enormemente hipócrita que, de vez en cuando, necesita efectuar su caza de brujas o su ley seca. Lo que es lastimoso es que en esta ocasión, los países del entorno internacional les sigan la corriente integrista y sin matices. A ambos les identifica el mismo amor: el amor por sanear las finanzas públicas, aun a costa de perseguir nuestros vicios en nombre, cuando les conviene, de la Salud y del Bien Común. "
" Comprendo que no se pueda fumar en el trabajo, un lugar donde todo el mundo pasa a fuerzas ocho horas al día, pero que me prohíban fumar en un local donde voy por voluntad propia y estoy haciendo algo tan sano como beber media botella de whisky, me parece un acto de persecución injustificado, sobre todo cuando lo que hago es consumir tabaco, una droga que sigue siendo legal y continúa produciendo grandes y jugosos dividendos a los estados en forma de una subida del impuesto anual sobre productos del tabaco.
Mientras no llega la moda puritana de prohibir fumar en todos los bares para que éstos se llenen de niños, testigos de Jehová y de monjas, podremos seguir algunos disfrutando de la ensoñación del alcohol y del humo del cigarro, dos buenos amigos que llegan siempre para combatir la soledad de estos tiempos donde se nos olvida que el hombre se compone de vicios y de virtudes, y que ambos deben ser cultivados por voluntad propia, pero también respetados dentro de una sociedad menos hipócrita, empezando por la que ha iniciado toda esta persecución: una sociedad puritana y enormemente hipócrita que, de vez en cuando, necesita efectuar su caza de brujas o su ley seca. Lo que es lastimoso es que en esta ocasión, los países del entorno internacional les sigan la corriente integrista y sin matices. A ambos les identifica el mismo amor: el amor por sanear las finanzas públicas, aun a costa de perseguir nuestros vicios en nombre, cuando les conviene, de la Salud y del Bien Común. "
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