viernes, septiembre 30, 2005

COMENTARIOS SOBRE CINE v.2


Siguiendo el artículo de Vigalondo, recuperaremos algunas de sus intuiciones para " tirar " de él, personalmente, nuestro hilo discursivo particular. En este caso, atendremos a una interpretación interesante del propio Vigalondo acerca de la " recreación formal ". Para ilustrarlo utiliza el Psycho de Gus Van Sant, " homenaje - recreación " formal del homónimo de Hitchcock. Sus palabras a la hora de interpretar tal " experimento " - quédense con esta idea, pues es su tesis fundamental - nos serviran para dibujar lo secundario - principal desde el punto de vista de la meta-cinematografía - que, en la segunda parte de su artículo, hará patente. Así el Psycho de Van Sant sería: " La repetición literal de una película. Con levísimas diferencias respecto al original que parecen multiplicar el recochineo, o algo así. ". Es decir, al volver a rodar una película " imitando la película original plano a plano. Plano-a-plano " lo que tendría que ser un remake se vuelve un experimento; en este orden el Psycho de Van Sant es " una película diseñada no para ser vista, si no para que exista. Quizá como juguete postmoderno, quizá como evidencia de hasta qué punto en el seno de una major puede aflorar el absurdo más absoluto. El vacío en nombre de la aparatosidad. La nada cara ". Como experimento tendrá un sentido particular, alejado de las salas de cine convencionales: " Si Psicosis se proyectase en museos y galerías de arte tendría igualmente detractores y seguidores pero nadie. NADIE, hubiese dudado de su condición de experimento o provocación.

Pero Psicósis se estrenó en multicines como si se tratase de un remake ramplón.

Y la crítica reaccionó exactamente como si fuese un remake vulgar en un multicine. Llegando a conclusiones como la de que la extraña decisión de Van Sant a la hora de planificar había sido una forma de ahorrarse trabajo (sic) ".

Estamos en el meollo de la cuestión, en efecto, la decisión que debe tomarse es la siguiente: ¿ Un producto cinematográfico debe o no adecuarse a las expectativas de lo " convencional " ?. La respuesta obvia, es no. Así, el error fundamental del Psycho de Van Sant no se halla en la película, ni en su idea original de re-filmar el Psycho original plano- a- plano. El error fundamental se halla en estrenar lo generalista en las salas no correspondientes, o dicho de otro modo, en no " Hacer de la sala de cine ese museo o galeria de arte donde experimentar ". En este sentido, se debería recuperar la originalidad no en el cine, sino en el " discurso - contexto " que envuelve al cine mismo; algo no reservado a una major, sin duda. No tiene sentido un remake de Psycho como tal, hecho al modo de Van Sant, para al público al que supuestamente se pretende dirigir. Desde su misma conceptualización, ahí está la virtud de Vigalondo a la hora de interpretar la película, no se ha hecho para el disfrute convencional, es más, bajo este punto de vista no se entiende o se entiende mal. Recuperamos así el motivo central del comentario anterior; " el papel de las intenciones en la creación de una obra de arte ". No entraremos en él, puesto que ya señalamos sus dificultades.

Tan sólo añadiremos que, la solución de las mismas debe pasar, a nuestro entender, por: descubrir necesariamente unas intenciones, ya sean reales o no, en toda obra de arte a la hora de hacerla explicable. En este sentido e intentando resolver parte del dilema del comentario anterior, las supuestas intenciones - verdaderas o no - del autor, son una pieza más - normalmente una de las más importantes - junto a la interpretación personal - crítica e intransferible -, la pieza más importante a la hora de dar justicia o sentido a una obra de arte.


- Continuará...

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