lunes, agosto 17, 2009

LOVE


El Amor me acogió, mas mi alma se apartaba,
culpable de polvo y de pecado.
Pero el Amor que todo lo ve, observando
mi entrada vacilante,
se acercó hasta mí, preguntándome con dulzura:
“¿Hay algo que eches en falta?”
“Un invitado -respondí- digno de encontrarse aquí”.
“Tú serás ese invitado”, dijo el Amor.
“¿Yo, el malvado, el ingrato?
¡Ah, mi amado,si no puedo mirarte!”
El amor tomó mi mano y replicó sonriente:
“¿Quién ha hecho esos ojos sino yo?”
“Es cierto, Señor, pero yo los ensucié; deja que mi vergüenza
vaya donde se merece”.
“¿Y no sabes -dijo el Amor- quién ha tomado sobre sí la culpa?”
“¡Mi Amado! Entonces, podré quedarme…”
“Siéntate -dijo el Amor- y degusta mis manjares”.
Así que me senté y comí.



George Herbert


2 comentarios:

Otilie dijo...

M'agrada molt aquest poema, l'amor és una excusa per reflexionar sobre la condició humana i la conciencia.

TQM

linus dijo...

Aquest poema parla de l'experiència mística de contacte amb Déu. La relació entre l'imperfecte creat i el pefecte creador.

De fet, Simmone Weil el va incorporar a la seva experiència religiosa fins el punt que el considerava una oració que resava sistemàticament al matí.

TQM