BEST TIMES ARE PASSED

David Akelarre anuncia el cierre de Templebeat. Esta noticia, que personalmente lamento, me hace reafirmarme en la tesis que el movimiento Gótico de la ciudad Condal, después de una étapa de esplendor, ha entrado en una fase de incierto futuro. No seamos tremendistas, la ciudad continúa disponiendo de dos salas importantes, amén de otras más pequeñas y menos especializadas, dedicadas a los sonidos oscuros. Sin embargo, estamos en un momento de in pass, en el que se deja una cierta moda generalizada de recuperación de los 80's - no puede entenderse esa década dorada sin el nacimiento de la electrónica y la sensibilidad oscura en general-, para entrar en otras como el mestizaje, los indies de todo pelaje y el newrock - aburrido y anacrónico, aunque con look moderno, hasta decir basta. De hecho, en el antiguo Templebeat quieren emplazar un sala de mestizaje, supongo yo al estilo del llamado nuevo sonido Barcelona o Raval. Retomando lo anterior, la clausura de Templebeat es un hecho triste por tres motivos: biográfico, cultural y de proyección. En primer lugar, biográfico, puesto que mi primer y primordial contacto con los sonidos oscuros fue a raíz de una visita al Templebeat, fascinándome el ambiente de un tipo de club desconocido por mí hasta la fecha y un tipo de música insospechada y atrayente. En segundo lugar cultural, puesto que el Templebeat era probablemente la sala más accesible dentro de los clubs góticos de la ciudad en lo que se refiere a propuesta músical. En este sentido, el hecho de estar enmarcada en un complejo de múltiples salas accesibles entre sí, cobraba especial importancia mostrar una propuesta pseudocomercial o como mínimo más accesible a todo tipo de público. Culturalmente hizo mucho al acercamiento de neófitos al movimiento. En tercer y último lugar, de proyección, puesto que marca tendencia de la voluntad general de centrar la escena a los clubs especializados, noticia muy mala para la proyección del estilo que a pesar de los intentos de promotores y dj's va encerrandose cada vez más en el gueto, somos pocos y casi todos nos conocemos, al menos de vista, siendo toda ausencia lamentable, el Templebeat, como lugar de reunión, se suma a éstas...