jueves, julio 18, 2002
De nuevo ha sido la visita de un amigo el motivo de mi intranquilidad. Ha venido por compromiso y se ha quedado tan sólo una escasa media hora. Estoy triste, porque me ha notificado, que mi presencia no es grata, o que hay otros planes que no me son desvelados, en los que además, tampoco debo formar parte. Es triste pensar que eso es un amigo, que eso constituye la amistad. Tengo amigos de fines de semanas, incluso tengo amigos a los que no deseo ver. Quizas mi vida, se haya ya estancado para siempre, y lo que me resta no sea bueno de ser vivido. Estoy triste, mi mundo, el unico mundo al que parezco pertenecer, se hunde conmigo, que deseará si su vida es como la mía, desesperadamente solitaria como lo puede ser la mía. Sin embargo, sus aspiraciones ( las de mi amigo ) son muchas y muy superiores a las mías. Cree estar en pleno derecho de desear una vida perfecta con gente perfecta a su alrededor. Maldito payaso, que no entiende que no es, ni en general somos nadie como para desear algo tan bueno para nosotros. Una frase sabia es aquella que nos dice: que todo el mundo tiene problemas, si quiza sea eso, aunque sufro al creer que todo el mundo los esconde tan bien como yo.
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